Somos un grupo de 5 alumnos del colegio, de distintos niveles, que hemos estado asistiendo durante una sesión a la semana a clases de enriquecimiento cognitivo.
En estas clases realizamos diferentes actividades para mejorar en habilidades sociales, atención, memoria, lenguaje, creatividad, etc.
También hemos completado algunas páginas de un cuaderno de ejercicios de agilidad mental.
Como tarea final acordamos construir un robot ambientador con materiales de desecho o para reciclar. ¿Cómo lo hemos hecho? Es lo que queremos explicar a continuación.
Una vez escogidos los materiales aportados, pensamos darle forma y “animación” usando tres mecanismos diferentes:
A. Una pila conectada a una bombilla. Transformamos la energía eléctrica en energía luminosa.
B. La misma pila da corriente a un pequeño motor de un juguete. La energía eléctrica se convierte en movimiento.
C. Dos plaquitas solares se conectan a un miniventilador. Aquí la energía solar la transformamos en energía mecánica (movimiento de las aspas).
Diríamos que el resultado de esta tarea es “Róbit”: un singular artefacto de aspecto metálico, con luz, que rueda solo, y que si recibe los rayos del sol, se activa automáticamente un pequeño ventilador en su parte frontal. Siempre que pulsemos los pulverizadores, el ventilador se encargará de esparcir el líquido ambientador por toda la habitación.
Pero realmente, la conclusión ha consistido en lo bien que lo hemos pasado haciendo estas novedosas actividades y compartiéndolas con nuestros compañeros y compañeras del colegio.
